30 de diciembre de 2021
Cada día me sorprende más que haya personas que sigan hablando de si el trabajo debe ser siendo presencial, o de si el teletrabajo ha venido o no para quedarse y sus ventajas. Y lo más grave es que muchos de ellos van de gurús dando lecciones sobre como las empresas deben evolucionar y abrazar la digitalización.
Y es que centrar el debate entre presencialidad o teletrabajo supone seguir mirando las cosas desde la óptica tradicional, y precisamente de lo que se trata es de analizar la situación desde cero. Para muchos digitalización es simplemente utilizar software o herramientas digitales para hacer lo de siempre. Vamos, seguir haciendo lo mismo, pero con un ordenador.
Y de lo que se trata es de partir de una hoja en blanco y ver hasta que extremo podemos llevar las cosas, aunque ello suponga cambios radicales.
Las empresas que no lleven a cabo esos cambios se quedarán tarde o temprano fuera del mercado, pues no serán competitivas frente a las empresas que aprovechan las oportunidades existentes en toda su extensión, pues no tienen el freno que supone la situación tradicional.
Creo que ya he comentado anteriormente el daño que ahora puede hacer esa frase que era muy cierta de “si algo funciona, no lo toques”, pues ahora hay que preguntarse hasta cuando va seguir funcionando y no esperar a quedarnos fuera del mercado y perder la posición competitiva.
Volviendo al lugar de trabajo, defiendo que hay que analizarlo desde cero y permitir la máxima flexibilidad.
Hay ya multitud de herramientas colaborativas que permiten organizar el trabajo de equipos multidisciplinares y también deslocalizados, y ya nos hemos dado cuenta de que no tenemos que estar bajo el mismo techo para trabajar en lo mismo. Por fin hemos interiorizado que igual que trabajamos varios en un mismo proyecto desde distintos departamentos o despachos de una misma oficina, podemos hacerlo desde cualquier parte del mundo sin que ello se note. Lo hemos sabido desde hace mucho, pero no nos atrevíamos a llevarlo al extremo. Ahora la realidad ha obligado y ya no hay excusas.
El mundo está cambiando y necesitamos a los mejores. Llevamos hablando décadas de la necesidad de atraer el talento, y ahora por fin podemos hacerlo porque hemos interiorizado y asumido que no pasa nada porque esa persona que tanto puede aportar al proyecto esté en cualquier parte del mundo. No hay que abrir una oficina en Silicon Valley para fichar un crack en ciberseguridad, pero es que además ese crack, que es australiano, ya no se plantea tener que irse a California cuando vive mucho mejor en Mallorca.
Excepto en esos puestos en los que hay que estar en un lugar físico obligatoriamente, en el resto, cada uno tiene que poder trabajar desde donde quiera. Y las empresas lo que tienen que hacer es dotar de los medios necesarios para que el trabajo fluya en esas circunstancias, porque las herramientas existen.
El talento no demanda trabajar desde su casa, porque quizás no la tenga preparada, prefiera socializar, o incluso quiera enriquecer su carrera con la interacción con otros profesionales con los que compartir un espacio de trabajo aunque sea de forma temporal. Lo que muchos trabajadores no quieren es tener que invertir una hora de su tiempo en ir a una oficina para sentarse en una mesa y hacer lo mismo que podría haber hecho desde cualquier otra mesa del mundo, si, del mundo.
Quizás no quiera quedarse en casa porque no tiene un despacho cómodo y luminoso, o le distraen sus hijos, el personal de limpieza, o las obras del vecino. Y es que además prefiere darse un paseo hasta una oficina compartida a 5 minutos de su casa donde tiene una buena mesa con conexión a internet, una sala desde donde hacer videoconferencias con total inmersión, incluso con gafas de realidad virtual, y donde en los descansos hablar con gente interesante con los cuales surgen sinergias.
Y es que esos edificios donde trabajan 1000 personas de una misma empresa porque alguien decidió que todos iban a estar mejor en un mismo edificio, me parece que tienen que tener los días contados. ¿Tiene sentido que todos los trabajadores de una empresa atraviesen Madrid para estar en un mismo sitio? ¿No tiene mucho más sentido que tengamos 5 centros repartidos y que nadie tenga invertir más de 15 o 20 minutos en ir a la que le convenga? Y el día que tengamos que reunirnos con alguien, nos organizamos para coincidir donde nos convenga porque para ello tenemos herramientas que nos permiten organizarnos y colaborar. Y para esos jefes a los que les sigue gustando controlar y la presencialidad, siguen pudiendo saber quien está, y da lo mismo si es una planta por debajo, o en el edificio del Este.
Supongo que alguno dirá que es costoso y difícil hacer el cambio cuando se ha invertido en un edificio. Lo primero que hay que responder es que lo costoso será no hacerlo y ver como todo el que puede se va a las empresas que si evolucionan. Después lo que hay que hacer es lo que se hace en cualquier caso cuando se tiene claro que hay que cambiar, y es buscar opciones. Y una que se me ocurre es intercambiar oficinas entre empresas. Tu tienes 5 plantas y con el nuevo planteamiento sólo necesitas dos, pero necesitas otras plantas en otros sitios de Madrid, pero como tu hay cientos de empresas en la misma situación. Supongo que ya ves por donde voy. Te intercambias espacio, y encima lo haces con empresas con las que además puedas generar sinergias. Quizás se sientan en una mesa los CEO de Telefónica, del Banco Santander, Ferrovial, Garrigues y Endesa y deciden intercambiarse espacio en sus oficinas para que sus empleados puedan elegir a cual de ellas ir. En lugar de invertir en activos inmobiliarios se invierte en organización del trabajo para poder ser eficiente en remoto y poder colaborar de forma ágil.
Y además mañana has quedado para trabajar con tu amigo Ernesto que quiere presentarte a Merche que sabe un montón de impresión 3D y a quien ha conocido en otras oficinas y que piensa que si tomáis un café juntos podréis ver que tenéis mucho en común y podéis colaborar.
Y seguro que hay personas, y jefes, que piensen que estas cosas sólo sirven para que la gente no pegue golpe y sólo esté jugando a las cartas con sus colegotas, pero tranquilos que, aunque se alargue, a todos les llegará la jubilación, si el mercado no los “jubila” antes.
Lo importante ahora es darse cuenta de la necesidad de cambiar y comenzar YA a dar pasos. No mañana, ahora.
Tengas 2.000 o 20 empleados no hay excusa para aprovechar las oportunidades y comenzar a trabajar en desarrollar tu Smart office.
Si no estás de acuerdo con que esta debe ser la tendencia, me gustaría leer tus argumentos en los comentarios. Y si piensas que es una buena idea, también me gustará ver tus sugerencias, más argumentos a favor, y empresas que obtendrían sinergias colaborando juntas en esta línea.